domingo, 15 de marzo de 2015

ENSAYO SOBRE LA LEY 100 DEL 93

LA LEY 100 O LA SALUD ESTA EN CRISIS

La Organización Mundial de la Salud (OMS)[1] ha definido que la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o de enfermedades y ello sin distinción de raza, ideología política, religión y/o condición socioeconómica. No cabe duda que la salud es el derecho más importante al que todos los colombianos deberíamos tener acceso, sin embargo sólo hasta el año 2008, en la sentencia T-760, se comprende la salud como un derecho fundamental con elementos prestacionales.
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La puesta en marcha de la ley 100 en Colombia fue la imposición de dicha política por organismos foráneos, que de una u otra forma manipulan las políticas internas del país, aunque ya se conoce que la corrupción generada por éste sistema es una gran fuente de ingresos para los intermediarios de la salud y sus defensores.
Los defensores de la ley 100 nos hablan de sus éxitos que defienden con estadísticas acomodadas en las que nos demuestran como la mayoría de Hospitales son "saludables", pues mantienen sus finanzas "equilibradas". Y parece que ellos mismos creyeran sus mentiras, pues los periódicos hablan de la crisis hospitalaria y de los "pacientes de papel" que inflan artificialmente las estadísticas de los "genios" que elaboraron la Ley 100.
No existe otra explicación, pues los análisis científicos de la ley 100 revelan las nefastas consecuencias que ella produce y los hechos lo demuestran. Era posible comprobarlo antes de aplicarla, remitiéndonos a los países que ya han vivido tan destructiva política, pero ya es tarde. La salud está en crisis.


Entre las consecuencias más nefastas encontramos que todo colombiano debe estar inscrito en este sistema sin tener certeza de poder recibir una adecuada atención, viola el código de ética médica, comenzado por la restricción de formulación y un listado insuficiente de medicamentos; el médico de familia es un ordenador de gasto que obstaculiza el acceso a  los enfermos  a las consultas con especialistas y a las ayudas diagnósticas. Esto es solo una muestra a lo que está sometido el profesional médico. 
Los profesionales médicos[2] y afines están descontentos con dicha Ley. Para nadie es un secreto que una de las profesiones peor remuneradas es la de médico. Ya son numerosos los médicos reconocidos que han comenzado a abandonar sus profesiones para dedicarse a actividades que les permitan sobrevivir. Los futuros estudiantes de medicina algún día leerán las noticias o se enterarán por sus conocidos, del estado de la situación actual y abandonarán la idea de dedicarse a esta profesión.
Esto no es un problema muy grave quizás durante algunos años. Pero a largo plazo producirá una reducción considerable en los profesionales encargados de cuidar la salud: escasez de médicos, de enfermeras, de bacteriólogos, etc. Naturalmente esto no producirá un incremento en la cobertura y rebaja en los costos, sino por el contrario una elevación de los costos y una grave reducción de la cobertura.

Una de las razones de ser Colombia aún un país subdesarrollado es la renuencia a establecer objetivos a largo plazo y sacarlos adelante. Colombia se ha dedicado, como otros países tercermundistas, a la política oportunista y facilista: tapar huecos con gran despliegue, mientras las bases se hunden para que el siguiente gobierno tenga que atender la base del problema. Naturalmente esto nos mantendrá indefinidamente en el atraso.
Todos sabemos que la ley 100 limita los recursos y teóricamente solo dará acceso a tecnología más avanzada cuando los casos sean muy graves. ¿Qué generará esto? Simplemente que los IPS se despreocupen de la atención de los pacientes ahorrando así costos. Los pacientes así tratados adquirirán trastornos más graves, cuya responsabilidad ya no será de las IPS, sino del sistema general: "fondos de solidaridad", "planes subsidiados", etc, que serán simplemente seudópodos de un sistema ineficiente y mortal, pues sus recursos son igualmente manipulados por intermediarios que violan la ley y a los que nada importa la salud de los pacientes sino la salud de sus empresas. Esto ya es un hecho notorio,  y vemos con tristeza el cierre de hospitales y de otros que rondan en la pobreza casi absoluta para los gastos administrativos, esto sin tener en cuenta la necesidad de actualizar lo tecnológico.
Otra consecuencia que estamos viendo en la actualidad y como resultado de la Ley 100 es incremento notorio en los abortos "espontáneos" (por mala práctica, realmente) y  la mortalidad general, especialmente en los más débiles: niños, embarazadas y ancianos. El efecto "positivo" es que sobrevive la población más productiva, es decir los que no necesitan atención médica y no son pensionados. Es un método muy eficaz para filtrar a la humanidad, sobre todo porque es tan sutil, que pocos parecen haberse percatado.
Toda esta maquinaria ha contado hasta ahora con la sumisión incondicional del profesional de la salud, que ha sido incapaz de hacer respetar su profesión, en la cual ya está perdiendo el interés. Este mismo profesional ha sido también incapaz de hacer respetar sus derechos porque, seamos realistas, ya está olvidando que los tiene. Al fin y al cabo, cada vez es más simple cambiar de profesión.
Algunos de los efectos de la corrupción y el monopolio en la medicina son, entre otros:
  •  La ley 100 va en contra del máximo tratado de la medicina: Juramento hipocrático[3], ya que el paciente es visto como un cliente y la calidad de la consulta médica es reemplazada por la necesidad de lucrarse de los propietarios de las empresas privadas que regulan la salud colombiana.
  •  Los intermediarios en salud y los monopolios son ilegales
  •  Elección del tratamiento más barato
  • Los laboratorios utilizan reactivos vencidos, dando como resultado diagnósticos falsos, esto debido a lo precario de los presupuestos. Es decir no hay control de calidad
  • No utilización de los insumos adecuados para cada caso
  • Citas médicas con tiempo límite pre establecido, lo que implica muchas veces errores médicos

Podríamos continuar con muchos más ejemplos que solo demuestran que el estado quiere tener el mínimo gasto  para la salud, así como es  lo es para la educación y la vivienda.

Como conclusión podemos afirmar que: 

  •  La salud colombiana [4]es un tema muy complejo de tratar, debido a problemas como la corrupción y la falta de cobertura a nivel nacional. La ley 100 de 1993, que es la que regula la Salud colombiana ha perjudicado notoriamente la calidad de este servicio, ya que la responsabilidad del Estado de administrar la salud fue cedida a empresas privadas, que en vez de velar por garantizar una vida digna, buscaban lucrarse, lo que hizo que la salud se convirtiera en un negocio con altas rentabilidades para las organizaciones privadas. Además, dicha ley ha deteriorado la relación médico-paciente al colocar una barrera entre ambos, pues el primero se ve limitado por la empresa prestadora de salud (lo que hace que el médico pierda la autonomía), mientras el segundo ya no es visto como el paciente, sino como el cliente que le genera rentabilidad económica a la empresa.
  •   El más preocupante indicador de desprofesionalización de la medicina es la pérdida de la autonomía en la toma de decisiones en beneficio del paciente y de la sociedad, por las imposiciones de la estructura administrativa de la atención gerencia la de la salud, cuyo objetivo casi único es la contención de costos para lograr mejor rendimiento económico, lo cual hace que el servicio médico pierda eficacia e incluso credibilidad. Un ejemplo triste de esta afirmación lo constituyen los médicos de atención primaria o de medicina familiar, por una parte, y los auditores médicos, por otra, que contratan las empresas de intermediación financiera. A los primeros los convierten en gatekeepers, o cancerberos, y a los segundos en contralores de costos, pervirtiendo así los objetivos y los deberes que tan importantes personajes deben cumplir como agentes del paciente, no de las empresas. Tal situación cera una verdadera contradicción ética y es un importante factor de desprofesionalización.





[1] Fuente: El derecho a la salud.
http://www.ohchr.org/Documents/Publications/Factsheet31sp.pdf) Edición digital consultada el 11 de Marzo a las 20:30 H.
[2] Revista de cirugía. Profesionalismo médico. Edición digital disponible en: http://www.encolombia.com/medicina/cirugia/Ciru19304-Profesionalismo1.htm.
[3]  Fuente: http://migueleliaspumarejo.blogspot.com/2011/07/desprofesionalizacion-de-la-medicina-en.html
[4] Patiño Restrepo, José Félix. Reforma y crisis de la salud en Colombia. Edición digital disponible en: http://www.javeriana.edu.co/biblos/revistas/salud/pdf-revista-9/apendice-2.pdf.

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