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CARACTERISTÍCAS
DE LOS SERES VIVOS
Los seres vivos están formados por
moléculas que, analizadas individualmente, se rigen según lo establecido en las
leyes de la física y de la química. Sin embargo, los organismos presentan
además una serie de propiedades extraordinarias que dificultan el definir el
concepto de Vida. Durante la Edad Media, las características de la vida se
explicaban por medio de una “fuerza vital”, misteriosa y divina; era la
doctrina del vitalismo. La ciencia actual define la vida de forma indirecta, es
decir, explicando los procesos vitales más importantes que se producen en los
seres vivos y que los distinguen del medio inanimado. De este modo se considera
ser vivo todo aquel que realiza las 3 funciones siguientes:
a) Reproducción: es la capacidad
de los seres vivos para producir copias de sí mismos, es decir, generar nuevos
seres similares a sus progenitores. La importancia de esta función reside en la
limitada duración de la vida de los organismos y la necesidad de que la misma
se perpetúe en el tiempo. Esta función se localiza en la secuencia de unidades
básicas correspondientes a una o varias moléculas de ácidos nucleicos,
principalmente ADN, que constituyen la información genética.
b) Nutrición: es la capacidad
de los seres vivos para extraer y transformar la energía del medio,
construyendo y manteniendo con ella sus propias estructuras y realizando sus
funciones vitales. Este proceso implica un crecimiento y un desarrollo y
requiere dos fases que se engloban bajo la denominación de metabolismo: una
fase en la que se incorporan las sustancias con las que el ser vivo construye
sus propias moléculas, llamada anabolismo, y otra fase en la que se destruye
parte de los productos obtenidos en la fase anterior y se utiliza la energía
liberada para mantener las funciones vitales; esta última se denomina
catabolismo.
c) Relación o sensibilidad:
permite a los seres vivos recibir estímulos y reaccionar frente a ellos. Es muy
importante porque facilita la realización de las funciones anteriores.
Estos tres procesos pueden observarse
sin dificultad en bacterias, plantas y animales; sin embargo no son tan fáciles
de apreciar en los virus ya que no poseen metabolismo propio y necesitan de
otro ser vivo que les permita reproducirse. Sin embargo no son materia
inanimada ya que las moléculas que encierran en su interior poseen la información
necesaria para obtener copias de sí mismos. Por ello se dice que los virus
están en la frontera entre lo vivo y lo inerte, es decir, en la frontera de la
vida.
NIVELES
DE ORGANIZACIÓN DE LOS SERES VIVOS
Las características que presentan los
seres vivos permiten pensar en la existencia de varios niveles de organización
con diversos grados de complejidad estructural que van más allá de la simple
unión de sus componentes moleculares. Para facilitar su estudio se dividen
estos niveles en 5 grandes grupos. En muchos casos es difícil establecer una
correspondencia exacta entre un nivel y los seres vivos correspondientes.
a) Nivel molecular: las partículas subatómicas (neutrones,
protones y electrones) forman los átomos. A su vez la unión de dos o más átomos
mediante enlaces químicos forma las moléculas que son la parte más pequeña de
una sustancia que conserva sus propiedades. A las moléculas que forman parte de
los seres vivos se les denomina biomoléculas (ej. aminoácidos). Las
macromoléculas son el resultado de la unión de distintas moléculas (ej.
proteínas, formadas por la unión de miles de aminoácidos). La unión de varias
macromoléculas da lugar a las asociaciones macromoleculares (ej.1: complejos
multienzimáticos, formados por la unión de varios enzimas, es decir, un tipo
particular de proteínas; ej.2: membranas celulares, formadas por la unión de
proteínas y fosfolípidos). Estas asociaciones macromoleculares se asocian para
formar los orgánulos celulares (ej. mitocondrias y cloroplastos, formados ambos por dobles membranas celulares y complejos
multienzimáticos, entre otras cosas).
Este nivel molecular de organización también se denomina nivel
abiótico, debido a que engloba únicamente materia inanimada. Ningún ser vivo
pertenece a este nivel. Excepcionalmente algunos autores incluyen en él a los
virus bajo la consideración de que son complejos supramoleculares (en realidad
están compuestos únicamente por proteínas y una molécula de ácido nucleico de
un solo tipo). Los restantes 4 niveles son bióticos puesto que es en ellos
donde se encuentran los seres vivos.
b) Nivel celular: una
agregación compleja de distintos orgánulos forma una célula. A este nivel
pertenecen todas las células, ya sean procarióticas o eucarióticas.
c) Nivel orgánico: Las células que
poseen existencia propia independiente y las que se agrupan con otras células
forman los organismos, en el primer caso son unicelulares y en el segundo son
pluricelulares. En estos últimos tiene lugar una división del trabajo entre las
distintas células que lo forman y una diferenciación celular. Esto da lugar a
la formación de tejidos, éstos se reúnen para formar órganos y un conjunto de
varios órganos que actúen de forma coordinada para desempeñar una determinada
función forman un aparato.
d)
Nivel de población: los seres vivos no viven aislados sino que se
relacionan entre ellos. Esto trae consigo la aparición de un nivel superior de
organización dentro de la materia viva que es el de población (conjunto de
individuos de la misma especie que viven en la misma zona geográfica en un
determinado período de tiempo).
e) Nivel de ecosistema: las
distintas poblaciones que habitan en una misma zona forman una comunidad o
biocenosis. Las condiciones y características de esa zona forman un biotopo. El
conjunto formado por la biocenosis, el biotopo y las relaciones que se
establecen entre ellos forman un ecosistema. Los factores climáticos delimitan
zonas de vegetación similar que a su vez condiciona la existencia de una fauna
concreta, repitiéndose dichas zonas en áreas muy extensas de la Tierra
que reciben el nombre de biomas. El conjunto de todos los biomas terrestres
forma la Biosfera, es decir, la capa de la Tierra habitada por seres vivos y,
por tanto, el nivel de organización más amplio.
EL ORIGEN DE
LOS SISTEMAS VIVOS
En 1953, Miller
(Universidad de Chicago) realizó un experimento en el que reprodujo, en un
matraz cerrado, la composición de la atmósfera primitiva (hace 4.000 m.a.) tal
y como la describían los geofísicos de la época, y al hacer saltar en la mezcla
unas descargas eléctricas, que harían las veces de radiaciones solares y
cósmicas de los comienzos de la Tierra, obtuvo una solución acuosa de
sustancias orgánicas entre las que había algunos aminoácidos sencillos.
Este experimento fue
una confirmación parcial de la hipótesis de Oparin de 1938 sobre el origen de
la materia orgánica en el planeta. Según esta hipótesis, hace unos 3500 m.a. la
Atmósfera de la Tierra estaba formada fundamentalmente por metano, amoniaco y
vapor de agua. Estas moléculas sencillas, excitadas por radiaciones solares y
descargas eléctricas se fueron condensando y diversificando, dando lugar a gran
variedad de moléculas orgánicas, las cuales al enfriarse la Tierra, fueron
arrastradas por torrenciales lluvias hasta el océano
El primitivo océano
estaba formado por masas de agua caliente donde se iban acumulando gran
cantidad de estas moléculas orgánicas. A todo este medio se le conoce como
caldo primitivo. Su temperatura favorecía las reacciones entre las moléculas que,
al unirse, iban adquiriendo un mayor grado de complejidad y tamaño. Todas estas
moléculas se fueron asociando formando agregados heterogéneos que Oparin
denominó coacervados. Estos coacervados estaban provistos de una envuelta que
al mismo tiempo que les separaba del medio, les permitía tomar de él nuevas
moléculas orgánicas. Los coacervados no sólo eran capaces de nutrirse, sino que
también se duplicaban dando lugar a otros. En consecuencia, se pueden
considerar a estos coacervados las primeras formas de Vida. Toda esta etapa de
la evolución de los seres vivos recibe el nombre de abiótica, puesto que no se
puede considerar aun a los coacervados como seres vivos. La etapa posterior de
evolución a partir de auténticas células se llama ya evolución biótica.
Al margen de la
hipótesis de Oparin, la Ciencia actual está muy lejos de aclarar los procesos
que originaron la vida, aunque se está investigando sobre el tema.
BIOELEMENTOS Y
PRINCIPIOS INMEDIATOS INORGÁNICOS
BIOELEMENTOS
El análisis químico de la materia viva pone de
manifiesto que en su composición se encuentran una serie de elementos llamados
bioelementos o elementos biogénicos. Ninguno de ellos es propio y exclusivo de
la materia viva ya que forman parte también, de la materia mineral, de tal
manera que sólo un número relativamente reducido de los elementos que se
encuentran en la naturaleza entra a formar parte de la materia viva. Los
principales elementos biogénicos son cuatro: C, H, O y N. Estos 4 elementos
forman parte de la materia viva en un porcentaje muy superior a los restantes
gracias a poseer dos propiedades fundamentales:
- Tener un peso atómico bajo: C=12, H=1, O=16 y N=14. Esto les permite formar combinaciones por un lado muy complejas y por otro inestables, lo cual resulta muy útil para el continuo construir y destruir de materia a que se ven sometidos los seres vivos por su metabolismo. Estos 4 elementos son además muy solubles en agua, circunstancia favorable para ser incorporados al ser vivo o eliminados de él.
- Abundan en las capas más externas de la Tierra, es decir, atmósfera, hidrosfera y litosfera, que son las que se hallan más en contacto con los seres vivos. Esta propiedad es importante ya que los seres vivos necesitan formarse con elementos que puedan conseguir con facilidad, es decir, que abunden en la naturaleza para poder disponer de ellos en cualquier momento.
- Un detalle importante respecto al C y al N es que, debido a su posición central en el Sistema Periódico presentan la misma afinidad para unirse con el O que con el H, es decir, pueden pasar con facilidad del estado oxidado (CO2, NO3H) al reducido (CH4, NH3).
Además de estos 4 bioelementos, en la materia viva se
encuentran otros en menor cantidad; son los llamados bioelementos secundarios:
S, P, K, Na, Ca, Mg y Cl.
La proporción en que se encuentra un elemento
biogénico no está en relación con su importancia biológica pues algunos de
ellos entran a formar parte de la materia viva en cantidades insignificantes y
sin embargo desempeñan papeles de gran trascendencia, de tal manera que su
carencia provoca serios trastornos porque son indispensables para que los
fenómenos vitales se desarrollen con normalidad. A estos elementos se les
denomina oligoelementos y entre ellos pueden citarse:
- Hierro (Fe): Forma parte de la hemoglobina, pigmento rojo de la sangre de los Vertebrados. También forma parte de los citocromos. El Fe apenas se elimina del organismo y es utilizado varias veces cuando se destruyen los compuestos de que forma parte y por ello sus necesidades alimenticias son mínimas. No obstante, su escasez o carencia produce anemia.
- Cobre (Cu): Forma parte de la hemocianina, pigmento rojo de la sangre de los Invertebrados, de papel semejante a la hemoglobina.
- Manganeso (Mn): Es básico para que las plantas verdes puedan sintetizar la clorofila. Actúa además como catalizador de muchas reacciones metabólicas.
- Cinc (Zn): También importante como catalizador.
- Yodo (I): Elemento básico para la formación de la tiroxina, hormona producida por la glándula tiroides cuya deficiencia origina la enfermedad llamada bocio.
- Cobalto (Co): necesario para sintetizar la vitamina B12.
Los elementos biogénicos rara vez se encuentran en
estado libre. En general, se combinan entre sí para formar sustancias compuestas
definidas. Estos compuestos que se pueden aislar por medios puramente físicos
como la disolución, la filtración, la destilación, la centrifugación, etc.
constituyen los llamados principios inmediatos. Pueden ser inorgánicos (agua y
sales minerales) u orgánicos (glúcidos, lípidos, prótidos y ácidos nucleicos).
AGUA: PROPIEDADES E
IMPORTANCIA BIOLOGICA
La vida, tal como se conoce en la Tierra,
se desarrolla siempre en medio acuoso. Incluso en los seres no acuáticos el medio interno es
básicamente hídrico. La inmensa mayoría de las reacciones bioquímicas se
desarrollan en el seno del agua y obedecen las leyes fisicoquímicas de las
disoluciones acuosas. Por todo ello no es de extrañar que el agua sea el
principal componente de los seres vivos en cuanto a su cantidad. El cuerpo
humano, por ej., está formado por término medio por un 75% de agua, aunque los
tejidos que necesitan mucha actividad como el nervioso son agua en un 90%. Sólo
los tejidos esqueléticos y las semillas de las plantas presentan una baja proporción de agua.
El agua reúne una serie de características que la
convierten en un disolvente único e insustituible en la Biosfera. En cuanto a
sus propiedades fisicoquímicas cabe destacar:
- La molécula de agua tiene un marcado carácter dipolar. Aunque tiene una carga total neutra (posee el mismo número de protones y de electrones), presenta una distribución asimétrica de sus electrones: alrededor del O se concentra una densidad de carga negativa (-) debido a que es un elemento mucho más electronegativo que el H, por ello los núcleos de H quedan desnudos, desprovistos parcialmente de sus electrones y manifiestan, por tanto, una densidad de carga positiva (+). Este carácter dipolar de la molécula de agua es de trascendental importancia y tiene múltiples consecuencias: La más relevante es que se pueden establecer interacciones dipolo-dipolo entre las propias moléculas de agua formando uniones electrostáticas llamadas puentes o enlaces de H: la carga parcial negativa del O de una molécula ejerce atracción electrostática sobre las cargas parciales positivas de los átomos de H de otras moléculas adyacentes. Aunque son uniones débiles, el hecho de que alrededor de cada molécula de agua se dispongan otras 3 moléculas unidas por puentes de H permite que se forme en el agua (líquida o sólida) una estructura reticular, responsable de su comportamiento anómalo y de la peculiaridad de sus propiedades fisicoquímicas. Todas las restantes propiedades del agua son, pues, consecuencia de ésta
- El amplio margen de temperaturas en que permanece en fase líquida (0º-100º) proporciona variadas posibilidades de vida, desde los organismos psicrófilos que pueden desarrollarse a temperaturas próximas a 0º, hasta los termófilos que viven a 70º-80º
- La anómala variación de la densidad con la temperatura, con una densidad máxima a 4ºC, determina que el hielo flote en el agua líquida actuando como aislante térmico y, en consecuencia, posibilitando el mantenimiento de la gran masa de agua de los océanos en fase líquida albergando a la mayor parte de la Biosfera.
- El agua es el líquido que más sustancias disuelve (disolvente universal). Esta propiedad, tal vez la más importante para la vida, se debe a su capacidad para formar puentes de H, además de con otras moléculas de agua como se dijo anteriormente, con otras sustancias polares (grupos -OH de alcoholes y azúcares, grupos -NH2 de aminoácidos, proteínas, ácidos nucleicos, etc.), pues se disuelven cuando interaccionan con las moléculas del agua.
- El agua posee un elevado calor específico. Se denomina calor específico a la capacidad de almacenar energía para un aumento determinado de la temperatura: el agua puede absorber grandes cantidades de calor, mientras que, proporcionalmente, su temperatura sólo se eleva ligeramente. Del mismo modo, su temperatura desciende con más lentitud que la de otros líquidos a medida que va liberando energía al enfriarse. Esta propiedad permite que el contenido acuoso de las células sirva de protección a las sensibles moléculas orgánicas ante los cambios bruscos de temperatura. Además, el calor que se desprende en los procesos metabólicos no se acumula en los lugares donde se produce, sino que se difunde en el medio acuoso y se disipa finalmente hacia el medio externo.
- El agua posee una elevada fuerza de cohesión entre sus moléculas. Los puentes de H mantienen a las moléculas de agua fuertemente unidas, formando una estructura compacta que la convierte en un líquido casi incompresible. Gracias a esta propiedad algunos seres vivos utilizan el agua como esqueleto hidrostático.
- El agua posee una elevada fuerza de adhesión. Esta fuerza está también en relación con los puentes de H que se establecen entre las moléculas de agua y otras moléculas polares y es responsable, junto con la cohesión, del llamado fenómeno de la capilaridad, es decir, el ascenso de agua a través de las paredes de un capilar (delgado tubo de vidrio).
Los seres vivos van renovando continuamente su
contenido en agua, ingiriéndola con la alimentación y perdiéndola con la
respiración como vapor y con la excreción (orina, sudor, etc.)
SALES
MINERALES: PROPIEDADES E IMPORTANCIA BIOLÓGICA
En todos los seres vivos, animales y vegetales, se
encuentran siempre determinadas cantidades de sales minerales. Se clasifican en
función de su solubilidad en agua. Las sustancias salinas insolubles en agua
forman estructuras sólidas que suelen cumplir funciones de protección y sostén
y que están muy extendidas en todos los seres vivos. Los Crustáceos y los
Moluscos presentan caparazones de carbonato cálcico (CO3Ca) mientras
que en la Diatomeas son de sílice (SiO2). El esqueleto interno de
los Vertebrados presenta una parte mineral formada por la asociación de varios
componentes minerales, sobre todo carbonato y fosfato cálcico [(PO4)2Ca3].
Además, el esmalte de los dientes presenta fluoruro cálcico (F2Ca).
En cuanto a las sales minerales solubles en agua,
éstas se encuentran disociadas en sus iones correspondientes, que son los responsables
de su actividad biológica. Los principales iones son:
Cationes: Na+, K+, Mg2+,
Ca2+ y amonio (NH4+).
Aniones: Cl-, fosfatos (PO43-,
PO4H2-, PO4H2-),
sulfato (SO42-), nitrato (NO3-) y carbonatos (CO32-, CO3H-).
Los iones minerales
realizan múltiples funciones en el organismo, destacando las siguientes:
Regulación de los fenómenos osmóticos: cuando dos disoluciones salinas de
distinta concentración se ponen en contacto a través de una membrana
semipermeable (llamada así porque permite el paso de agua pero no de los iones
disueltos en ella) las dos disoluciones tienden a equilibrar sus
concentraciones y, como los iones no pueden atravesar la membrana, es el agua
de la disolución más diluida la que va pasando a la más concentrada. Este
trasiego de agua cesa cuando ambas disoluciones adquieren la misma
concentración. La disolución más concentrada recibe el nombre de hipertónica
respecto a la menos concentrada que es la hipotónica; en el momento del
equilibrio se dice que las dos disoluciones son isotónicas. Este fenómeno se
conoce con el nombre de ósmosis y el paso del agua a través de la membrana
semipermeable genera una presión llamada presión osmótica. Esta será mayor
cuanto mayor sea la diferencia en la concentración de las dos disoluciones. Los
seres vivos mantienen en sus células una presión osmótica constante gracias a
las sales minerales, fenómeno llamado homoósmia, y son muy sensibles a las
variaciones de la misma, lo cual acarrea serios trastornos. Por esta razón toda
disolución que se ponga en contacto directo con las células de un organismo
debe ser isotónica con respecto a la disolución salina de su interior, ya que
las membranas celulares se comportan como semipermeables. Existen dos ejemplos
típicos que demuestran la importancia de los fenómenos osmóticos en el
mantenimiento de la integridad celular:
- Las células vegetales poseen una gran vacuola que comprime el citoplasma contra la pared celular. Al ponerlas en contacto con una solución salina hipertónica respecto del líquido de la vacuola, el agua de ésta fluye hacia el exterior de la célula y, como consecuencia, la vacuola se reduce de tamaño arrastrando al citoplasma, que puede llegar a separarse de la pared celular. Este fenómeno se denomina plasmólisis. Por el contrario, si la solución que se pone en contacto con la célula es hipotónica, la corriente de agua se establece hacia el interior, comprimiendo el citoplasma contra la pared celular. Este caso se llama turgencia.
- Repitiendo la misma experiencia con glóbulos rojos, como éstos carecen de pared celular vegetal, al ponerlos en contacto con una solución hipertónica, disminuyen de volumen y se arrugan al salir agua al exterior. Si los ponemos en contacto con una solución hipotónica, el agua pasa al interior y el glóbulo rojo se dilata, pudiendo llegar a estallar rompiéndose su membrana. Este caso extremo se llama hemolisis.
Regulación del equilibrio ácido-base: En los seres vivos existe siempre una
cierta cantidad de hidrogeniones (H+) y de iones hidroxilo (OH-)
que proceden de:
- La disociación del agua que proporciona los dos iones:
H2O --------H+
+ OH-
- La disociación de cuerpos con función ácida que proporcionan
H+
: ClH ------ Cl- + H+
- La disociación de cuerpos con función básica que proporcionan
OH-:NaOH --------- Na+ + OH-
Los hidrogeniones tienen carácter ácido, mientras que
los hidroxiliones lo tienen alcalino. Por lo tanto la acidez o alcalinidad del
medio interno de un organismo dependerá de la proporción en que se encuentren
los dos iones. Así será neutro cuando [H+]=[OH-], ácido
cuando [H+]>[OH-]
y alcalino cuando [H+]<[OH-].
Para que los fenómenos vitales puedan desarrollarse con normalidad es necesario
que la concentración de H+, que se expresa en valores de pH sea más o menos constante
y próxima a la neutralidad, es decir, pH=7. Sin embargo, en las reacciones que
tienen lugar durante el metabolismo se están liberando productos tanto ácidos
como básicos que tenderán a variar dicha neutralidad si no fuera porque los
organismos disponen de unos mecanismos químicos que se oponen automáticamente a
las variaciones de pH. Estos mecanismos se denominan sistemas amortiguadores o
sistemas tampón, y en ellos intervienen de forma fundamental las sales
minerales. Lo más corriente es que el pH tienda a desplazarse hacia el lado
ácido por lo que los sistemas tampón más importantes actúan evitando este
desplazamiento. Un tampón está formado por una mezcla de un ácido débil y una
sal del mismo ácido; el más extendido es el formado por el ácido carbónico (CO3H2)
y el bicarbonato sódico (CO3HNa). Supongamos que el organismo se ve
sometido a un exceso de ácido clorhídrico que, en consecuencia liberará protones que harán disminuir el pH. En este
momento entra en funcionamiento el sistema amortiguador y ocurre lo siguiente:
- La sal (bicarbonato sódico) reacciona con el ácido clorhídrico:
CO3HNa + ClH --------- NaCl + CO3H2
La sal que se forma (NaCl) es neutra y, aunque se
disocie, no libera protones y, además, es habitualmente expulsada por la orina.
- El ácido carbónico que se ha formado podría incrementar la acidez, pero rápidamente se descompone en CO2, que se libera con la respiración, y agua que es neutra:
CO3H2------------------ CO2 + H2O
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