sábado, 3 de enero de 2015

LAS DROGAS ADICTIVAS Y LA SALUD

Última actualización 28 de Enero de 2015

En esta página iremos colocando artículos relacionados con la drogas, sus efectos sobre el cuerpo humano y sus consecuencias sociales. Al día de hoy tenemos los siguientes temas:

  1. NO seas una marioneta de las drogas
  2. ¿Qué es la adición a las drogas?
  3. Marihuana versus alcohol



LAS DROGAS. Dando clic en el título te llevará a un tutoria  sobre las drogas . NO dejes de verlo


¿QUÉ ES LA ADICIÓN A LAS DROGAS…? 



“ Para hablar de drogadicción es necesario informarse y profundizar sobre el tema, más aún cuando tenemos que enfrentar una situación de estas en nuestro hogar”.
La adicción a las drogas se presenta en un periodo de tiempo relativamente amplio. Esto quiere decir que es poco probable que con el solo hecho de probar una sustancia psicoactiva ( nombre que se le dan a las drogas que modifican el comportamiento) o con ingerir pocas dosis de ellas , una persona se convierta en adicta; sin embargo, si la persona se escuda en esta premisa como disculpa para continuar consumiendo, puede llegar a crear ciertos factores de riesgo que la hagan más propensa a la adicción.


La adicción a las drogas es un proceso y como tal cuenta con varias etapas, es muy diferente haber experimentado una droga, a consumirla regularmente, abusar de su consumo y, finalmente, ser adicto a ella. En cualquier caso estos comportamientos, en mayor o menor grado, siempre genera el riesgo de caer en la adicción.
Normalmente las personas prueban una droga para “experimentar”. Este tipo de comportamientos, aunque son conductas de riesgo, se generar por una curiosidad natural o por la presión de grupo que se da en muchos ambientes.


El siguiente paso del proceso es el “uso social” de una droga. Este es un comportamiento de mayor riesgo que el anterior, en el que la persona se permite “ciertas libertades” de consumo sin que necesariamente esto desate consecuencias negativas inmediatas para él y para su entorno. A esta persona aún no se le puede llamar drogadito.
Es frecuente que quien use con regularidad una sustancia, comience a “abusar” del consumo de la misma. En esta etapa la persona planea sus actividades para poder conseguir la droga y, por supuesto, para consumirla. Los pensamientos acerca de la sustancia que quiere consumir, aumentan progresivamente; la usa en situaciones de riesgo y desarrolla tolerancia a la misma, es decir, que cada vez necesita más mayores dosis para conseguir los mismos efectos. Sin embargo, a una persona que abusa de una droga no se le llama drogadicto: este término implica que hay una “adicción” , o sea una dependencia fisiológica hacia la sustancia . La diferencia entre un estado y otro no es en cuanto al comportamiento “este es casi el mismo”, sino en la necesidad de consumir la droga para dejar de sentirse mal. Quien es adicto tiene una gran mayor degeneración en su vida, y actividades como el estudio se le dificultan, mientras que quien abusa de las drogas puede seguir con sus actividades normalmente.

TIPOS DE DROGAS Y CONSECUENCIAS.

ESTIMULANTES:

Incrementa la actividad del cerebro. Suele ser usadas para permanecer más tiempo despierto, contrarrestar los efectos del alcohol y, en general, obtener algún tipo de placer, escape o aceptación. Las más comunes son: cocaína, el basuco, la cafeína y las anfetaminas.

Consecuencias psicológicas.

Agresividad, ansiedad, confusión, depresión, falta de interés por comer, por el sexo y por otras actividades. Sensación de estar vigilado y conductas delictivas.

Consecuencias físicas.

Aumento de la temperatura, dificultad para respirar, infecciones en la piel, daño en el tabique o congestión nasal, dolor abdominal, convulsiones, mareo, vómito y para cardíaco . En exceso puede causar muerte por sobredosis.


DEPRESORAS:

Disminuya el funcionamiento del cerebro, por eso quienes las consumen no logran sostenerse, les da sueño y no pueden hablar coherentemente. El alcohol, el opio, la morfina, la heroina , los tranqulizantes y los inhalables son las sustancias depresoras más conocidas.


Consecuencias psicológicas.

Depresión, ansiedad, inestabilidad emocional y afectiva, disminución en el interés por otro tipo de actividades, comportamientos de alto riesgo, sensación de ser perseguido, reacciones de violencia y agresión.

Consecuencias físicas.

Teblores incontrolables, daño neurótico, dificultad para respirar, para respiratorio y muerte por sobredosis y repentina.


ALUCINÓGENOS:

Actúan sobre el cerebro alterando la conciencia, cambiando la percepción del tiempo, el espacio, la apreciación de si mismo y de los demás. Generan alucinaciones visuales, auditivas y táctiles. Las más comunes son el LSD “ácido”, el yahé, el peyote y los hongos.
Consecuencias psicológicas.

Querer volver a experimentar los efectos de la sustancia; inicio de episodios psicóticos y sensación de que sin el consumo de la droga no es posible no es posible divertirse o conocer a otros.
Consecuencias físicas.

Comportamientos de alto riesgo debido a la percepción inadecuada del ambiente y el tiempo, conductas de automutilación, intoxicación.

MIXTAS:

Producen efectos combinados de dos más tipos de las categorías antes descritas. Las dos sustancias más utilizadas que tienen estas características son es éxtasis y la marihuana.

Consecuencias psicológicas.


Pérdida de la motivación, la memoria y la atención, ansiedad, cambios drásticos en el estado de ánimo, sensación de ser perseguido y alta probabilidad de generar dependencia psicológica.

Consecuencias físicas.

Deshidrtación, asma, bronquitis, disminución del placer y del deseo sexual.


¿CÓMO DETECTAR LA ADICCIÓN..?


“La mejor estrategia para detectar que una persona, es el diálogo y el conocimiento que tengamos sobre ella. Esto se debe complementar con una información adecuada sobre las drogas”.

Algunas de las siguientes actitudes pueden ser indicadores de que una persona está en proceso de convertirse en adicta. Sin embargo , quien presenta alguno de estos comportamientos no necesariamente tiene un problema de drogadicción.


  1. Pérdida de interés por actividades que antes la persona hacía con regularidad y que le gustaban.
  2. Bajo rendimiento en el colegio o en el trabajo, en contraste con un mejor rendimiento en el pasado.
  3. Cambios drásticos de amigos.
  4. Preferencia por actividades en las cuales hay mayor disponibilidad de droga.
  5. Cambio drástico en el aspecto personal.
  6. Cambio de hábitos alimenticios o inapetencia inusual.
  7. Cambios drásticos de estado de ánimo “de la tristeza a la euforia o al enojo”.
  8. Pérdida de objetos en la casa. Quienes consumen drogas y están avanzando en el proceso para volverse drogaditos , en ocasiones roban en sus propias casas para vender objetos y así conseguir el dinero que necesitan para comprar la droga.


¿QUÉ HACER ANTE EL CONSUMO DE DROGAS…?


“Hablar con la persona que consume una droga sin juzgarla o etiquetarla como “drogadito”, se convierte en un apoyo esencial para ayudarla a iniciar un cambio”.


1. Perfeccionar la comunicación en la familia: Comunicarse efectivamente implica tres habilidades escuchar, observar y hablar. Escuchar implica una actitud de acercamiento, permanecer atentos y mostrar interés, no interrumpir y asegurarse de haber entendido el mensaje. Observar a una persona implica reconocer sus emociones, entender su estado de ánimo y responder en forma coherente con lo que se ha identificado. Hablar no significa ofrecer siempre consejos, mandar, implica iniciar la conversación reconociendo las cosas buenas que la persona ha hecho y criticar sus acciones, no a la persona.

2. Colocar límites claros, estables y coherentes: Siempre es positivo establecer límites claros que regulen el comportamiento de las personas, acordar actividades , deberes y derechos equitativos. Es necesario establecer en el hogar una posición clara con con respeto al consumo de alcohol, cigarrillo y otras drogas y enseñar que el traspaso de estos límites y reglas trae consecuencias.

3. Reconozca las diferencias y exprese los sentimientos: Evite comparar a su hijo, pareja o amigo con otras personas , reconozca los éxitos y aciertos de sus familiares, tome en cuenta sus expresiones y sentimientos; expréseles amor, el afecto no debe quedarse solamente en sentimientos hermosos, pero “ocultos”: deben ser visibles, expresados y escuchados.

4. Asertividad: Implica hacer respetar nuestras opiniones, ser capaz de decir que no de acuerdo con lo que verdaderamente pensamos y queremos. Ser asertivo y educar para serlo implica fomentar la seguridad y la confianza en nosotros mismos.


RECOMENDACIONES PARA QUIEN QUIERE DEJAR LA DROGA.




  • Analice las ventajas y desventajas de abandonar o cambiar de consumo.
  • Identifique las razones principales para mantener y para abandonar el consumo.
  • Establezca una primera meta: moderación del consumo o abstinencia total.
  • Establezca las metas más importantes de su vida y analice cómo el consumo influye sobre sus metas.
  • Identifique las principales situaciones de riesgo de consumo.
  • Desarrolle alternativas para controlar el consumo en las situaciones de riesgo y planee cómo llevarlas a cabo.
  • Identifique las consecuencias de las alternativas que ha propuesto; los cambios tienen siempre aspectos positivos y negativos.
  • Lleve a cabo las alternativas propuestas y evalúelas.

Curiosidades científicas
Marihuana vs. alcohol
Heriberto Contreras Garibay

LOS ACTORES

A mediados del año 2013, como producto de numerosas discusiones en diferentes escenarios, se inició en nuestro país un debate en torno a la legalización de la marihuana. De hecho, a tal grado llegó la discusión que se desarrolló el Foro sobre Políticas Públicas en Materia de Drogas para la Ciudad de México.
En el ámbito social, Aníbal Enrique Quiñonez, representante de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en México, celebró que hubiese comenzado ese debate sobre el tema en la capital del país, toda vez que, según manifestó, hay datos que demuestran que la producción ilegal de drogas afecta la economía y la gobernabilidad de la región.

Por su parte, el representante de la Oficina de Enlace de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Mazzitelli, señaló que legalizar el consumo de marihuana implica “banalizar” su uso entre los jóvenes y provoca que se le vea con normalidad. Agregó que la ONU rechaza que esta acción contribuya a reducir la economía del crimen organizado, pues las células criminales buscarían otras actividades (como el tráfico de personas) para contrarrestar sus pérdidas.

En ese mismo contexto, Edgar Elías Azar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), indicó que no hay argumento jurídico que prohíba a la capital presentar iniciativas sobre el tema de la legalización de la marihuana.

Como podemos ver, este foro mostró múltiples aristas en torno al problema. Pero y la ciencia, ¿qué dice al respecto? Hablaremos aquí, simple y sencillamente, de las propiedades de la marihuana y del alcohol y narraremos algunos interesantes resultados que diferentes expertos y estudiosos han hallado, sin pronunciarnos en cuanto a su legalización o prohibición.

La marihuana

El National Institute on Drug Abuse (NIDA) de los Estados Unidos define a la Cannabis sativa como un vegetal dioico, es decir, que tiene plantas macho y hembra que crecen por separado, y que puede llegar a medir unos seis metros de altura en las condiciones más favorables. En ambientes húmedos segrega una gran cantidad de resina, lo que la hace pegajosa al tacto, característica que constituye un mecanismo de defensa ante esa humedad,según señalan algunos estudiosos.
La planta tiene alrededor de sesenta componentes, entre ellos el tetrahidrocannabinol (THC), que es el componente más conocido y que tiene la mayor actividad psicoactiva. La mayor parte de tales componentes se hallanen las flores de la planta hembra; las hojas y los tallos los contienen en una menor proporción.

El cultivo clandestino ha desarrollado variedades hasta ahora desconocidas, denominadas de forma genérica “sin semilla”, las cuales tienen una porcentaje mucho mayor de cannabinoles que las cultivadas en forma tradicional o silvestre.

Todas las partes de esta planta contienen THC en mayor o menor cantidad, lo que depende de múltiples factores, especialmente de la forma de recolección y cultivo. Los cigarrillos de marihuana consumidos en los años setenta contenían ente 5 y 30 miligramos de THC, aproximadamente; pero hoy, debido a las variedades de la planta y a la forma del cultivo, puede alcanzar hasta los 150 miligramos (o el doble, si hablamos de la resina), lo que supone entre cinco y diez veces más contenido psicoactivo en cada cigarrillo.

En el caso específico de la marihuana, el medio de consumo consiste en un preparado de hojas secas y flores que contiene entre 6% y 14% de THC (en ocasiones puede superar este porcentaje). Por lo general, esta droga se fuma, aunque hay casos en que se come y hasta se toma.

En cuanto a los efectos psíquicos al ser fumada, la marihuana suele provocar euforia y hace que el usuario muestre una tendencia a la risa fácil y alteraciones en el sentido del tiempo o en la secuencia de los acontecimientos; asimismo, aumenta considerablemente la percepción de los colores y sonidos. A dosis elevadas puede provocar despersonalización, fuga de ideas, trastornos de la memoria, estados de pánico, alucinaciones y psicosis de tipo paranoide o esquizofrénico (psicosis por consumo). A la fase de euforia le sigue por lo general otra depresiva, caracterizada por un aumento del sueño.

En cuanto a sus efectos físicos, el consumo de marihuana provoca tos seca, taquicardia, irritación conjuntiva y un ligero aumento de la presión arterial. Si la dosis es elevada se produce el efecto contrario. También puede aparecer resequedad de boca, presión ocular aumentada, desorientación e incapacidad para concentrarse.
Cuando se fuma, produce un aumento del volumen y la frecuencia cardiaca, lo que puede representar un riesgo en personas que padecen enfermedades cardiovasculares.


El alcohol

El NIDA define al alcohol de vino, alcohol etílico o etanol como un líquido transparente e incoloro, con sabor a quemado y un característico olor agradable debido a la fermentación de azúcares y al etileno o acetileno que contiene en pequeñas cantidades, o bien por la pulpa de la madera en que se le procesa. Es este último alcohol el que se encuentra en bebidas tales como la cerveza, el vino, el ron, el vodka o el brandy, entre muchas otras.
Debido a su bajo punto de congelación, esta sustancia ha sido empleada de muy diversas maneras: como desinfectante, como fluido en los termómetros que miden temperaturas inferiores al punto de congelación del mercurio (–40 °C) o como anticongelante en los radiadores de los automóviles.

Existen muchas evidencias escritas que datan de hace más de 5 mil años sobre el uso de la cerveza, el vino y otras bebidas alcohólicas entre los sumerios, pero también en muchas otras culturas. La cerveza más antigua que se conoce es la elaborada a base de trigo que se consumía en Soria, en la actual España, hace unos 4,400 años, en plena Edad del Cobre.
No obstante sus actuales avances, el proceso de destilación aplicado a las bebidas fermentadas se remonta al siglo VII de nuestra era; es el caso del vino preparado por los árabes, quienes lo habían aprendido de antiguos alquimistas.
El alcohol bebible se obtiene de varias fuentes, pero esencialmente de la fermentación o destilación de granos como el maíz; de cereales como el arroz; de frutos como la uva, el plátano, la naranja o las ciruelas, o bien del destilado de la caña de azúcar, entre las más frecuentes.

El alcohol afecta al sistema nervioso central antes que a cualquier otro órgano. Ingerirlo en exceso y durante periodos prolongados puede provocar daño cerebral. Una creencia popular señala que ingerir alcohol incrementa la excitación sexual, pero lo que en realidad ocurre es que deprime la actividad de ciertos centros cerebrales. La sensación de excitación se debe precisamente a que, al deprimirse esos centros cerebrales, se reducen las tensiones y las inhibiciones, por lo que la persona experimenta sensaciones expandidas de sociabilidad y euforia.

Cabe resaltar que si la concentración de alcohol excede ciertos niveles en la sangre, interfiere con los procesos mentales superiores, de modo que la percepción visual sufre distorsiones y deterioro. La coordinación motora, el equilibrio, el lenguaje y la visión sufren también fuertes alteraciones.
Grandes cantidades de ingesta de alcohol reducen el dolor y las molestias corporales e inducen el sueño; su uso continuo irrita las paredes estomacales de tal manera que llegan incluso a desarrollarse úlceras. Además de esto, el alcohol tiende a acumular grasa en el hígado, lo que daña el funcionamiento de este órgano.

ESCENARIOS DE REALIDAD

El alcohol provoca daño cerebral, no así la marihuana

Señalamientos aislados refieren que la cannabis daña las neuronas; no obstante, un estudio publicado el Journal Neurotoxicology and Teratology describe que de hecho la marihuana tiene propiedades neuroprotectoras. El que el alcohol produce daño cerebral, por otra parte, es algo evidente y medible.

Nadie muere por culpa de la cannabis

Según el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), cada año mueren 37 mil personas en Estados Unidos a causa de diversos problemas de salud relacionados con el alcohol. Este organismo gubernamental, por otra parte, ni siquiera tiene una categoría para indicar que la causa de muerte de una persona es la cannabis.

Un ser humano no puede sufrir una sobredosis de cannabis

La revista American Scientist detalla en un estudio que es imposible fumar tanta marihuana como para morir, incluso en el curso de una vida normal, a diferencia del alcohol. De hecho, la intoxicación por alcohol puede ocurrir con apenas diez unidades de la dosis que provoca los efectos deseables de la bebida, lo que hace de esta sustancia una de las drogas más tóxicas conocidas.
La marihuana requeriría, teóricamente, una dosis miles de veces mayor a la que una persona se sometería en condiciones de uso “normales”. Sin embargo, nadie ha muerto por una sobredosis de cannabis.

El alcohol es más adictivo que la marihuana

Estudios presentados por el NIDA muestran que hay ciertos factores que hacen de la marihuana una sustancia menos adictiva que el alcohol, en especial el hecho de que el cuerpo resiente mucho más el síndrome de abstinencia en los alcohólicos; dejar de fumar marihuana no produce tales síntomas. Los alcohólicos desarrollan dependencia y tolerancia físicas al alcohol, no así los fumadores de marihuana.

Los costos de salud son mayores por el alcohol que por la cannabis

Según datos del National Health Services en los Estados Unidos, de acuerdo con información amplia desarrollada y con estudios basados en estadísticas del año 2012, los costos que el servicio estatal de salud debe absorber por daños a la salud provocados por el alcohol son ocho veces mayores que los causados por el consumo de la cannabis
.
El costo anual sería aproximadamente de 165 dólares por cada consumidor de alcohol, comparado con los 20 dólares que requerirían los usuarios de cannabis.

La ingesta de alcohol incrementa el riesgo de daños en el consumidor

Un estudio del año 2011, aparecido en la revista especializada Alcoholism: Clinical & Experimental Research, encontró que 36% de los casos de hospitalización por violencia y 21% de lesiones habían sido provocados por la ingesta alcohólica de los pacientes o por alguien que se hallaba bajo los efectos del alcohol.

Por otro lado, según la American Journal of Emergency Medicine, un usuario de cannabis rara vez visitará durante toda su vida la sala de emergencias a causa del consumo de esta sustancia. Esto podría explicarse, según el Consejo Británico de Atención al Abuso de Drogas, porque la cannabis “no parece incrementar el comportamiento de toma de riesgos”.

Ello significa que la cannabis rara vez contribuye a la violencia dirigida tanto contra otros como hacia uno mismo, mientras que el alcohol es una causa mayor de daño deliberado a uno mismo, accidentes domésticos y violencia.

El alcohol está asociado al cáncer, pero no la marihuana

El alcohol está asociado a diversos tipos de cáncer en el esófago, estómago, colon, pulmones, páncreas, hígado y próstata. Por su parte, se podría suponer que la ingesta de cannabis está asociada al cáncer de pulmón, pero un estudio de Donald Tashkin, neumólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, en el que contrastó la incidencia de cáncer en fumadores de tabaco y de cannabis, concluyó que la gente que fuma marihuana tenía una menor incidencia de cáncer que aquellos que no fumaban.

Esta incidencia aumenta sobre todo porque la ingesta de tabaco está directamente relacionada –sobre todo debido a las exigencias del entorno social– con la de alcohol; sin embargo, tanto el tabaco como el alcohol están permitidos por las leyes.
Alcohol, marihuana… ¿ambos o ninguno?

Para el lector interesado:
  • American Journal of Emergency Medicine: http://www.journals.elsevierhealth.com/periodicals/yajem
  • Center for Disease Control and Prevention: http://www.cdc.gov/
  • Consejo Británico: www.britishcouncil.org
  • http://www.eluniversal.com.mx/ciudad-metropoli/2013/impreso/inicia-aldf-mesas-sobre-regulacionde-mariguana-118228.html
  • Jacobusa, J., McQueenyg, T., Bavab, S., Schweinsburge, B.C., Frank, L.R. Yang, T.T.
  • National Health Services Inc.: http://nhsinc.org/
  • National Institute on Drug Abuse: http://www.nida.com/
  • Periódico El Financiero: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/columnas/enrique-quintana/27225-la-economia-de-la-legalizacion-de-ladroga.html
  • Periódico El Universal en Línea: http://www.eluniversal.com.mx/ciudadmetropoli/2013/debate-mariguanatsjdf-azar-947291.html
  • Tapert S.F. (2009). White matter integrity in adolescents with histories of marijuana use and binge drinking. Neurotoxicology and Teratology, 31(6), 349-355.
  • The Washington Post: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2006/05/25/AR2006052501729.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario